martes, 28 de agosto de 2007

L'Orfeo de Monteverdi

400 años de ópera



El Teatro Real de Madrid presenta para la próxima temporada un total de veinte títulos operísticos entre los que destaca L’Orfeo de Claudio Monteverdi.

Se presenta esta obra aprovechando las celebraciones del cuarto centenario de su estreno el 24 de febrero de 1607, en el Palazzo Ducale de la corte italiana de Mantua, fecha que se ha señalado como el nacimiento de la ópera. Monteverdi, figura más importante en la transición entre la música renacentista y la barroca, estableció para siempre las pautas de un nuevo género con un revolucionario tratamiento dramático y musical.

L’Orfeo es una obra compuesta por madrigales (composición de tres a seis voces sobre un texto secular, a menudo en italiano) alternada con canto recitado en la que el texto, de enorme belleza intrínseca y autoría de Alessandro Stringgio, tiene capital importancia. Lo que convierte a la ópera en música teatral.

Pero aunque L’Orfeo ha pasado a la historia como la primera ópera, es justo reconocer como antecedentes las teorías de la Camerata Florentina, grupo de músicos, literatos, pensadores.., florentinos liderados por el conde Bardi que no cesaron en el empeño de experimentar, estudiar e imitar la tragedia griega clásica que era una síntesis dramatizada de música, poesía y danza. De la Camerata Florentina nacería la que muchos musicólogos consideran la primera ópera, Euridice de Jacobo Peri, estrenada en 1597.

Es el Duque de Mantua, Vicenio Gonzaga, el que tras asistir a una representación de Euridice encarga a Monteverdi la composición de L’Orfeo a la que el autor dota de todos los principios capitales de la ópera: pasajes recitados, melódicos cantados y orquestales, y el uso del basso continuo.
SINOPSIS ARGUMENTAL

Argumento
El prólogo transcurre en la corte del duque de Mantua. La duquesa anuncia que contará la leyenda de Orfeo, el poeta mítico que realiza la catábasis para recuperar a su esposa Euridice, armado solamente con su música, con la que consigue calmar a las furias y ménades.

Acto I
Orfeo y Euridice celebran sus bodas y las ninfas y pastores los rodean danzando con alegría.
Acto IIEl segundo acto se inicia con el canto jubiloso de Orfeo recorriendo Tracia. Entra Silvia y anuncia a Orfeo que su esposa ha muerto mordida por una serpiente venenosa mientras recogía flores. Orfeo parte para rescatar a su amada del mundo subterráneo, o para quedarse junto a ella en el reino de las tinieblas.

Acto III
En el acto tercero, nos encontramos a la entrada del mundo de los muertos. Esperanza que acompañaba a Orfeo debe abandonarlo allí. Caronte se niega a transportar a Orfeo por el río de los muertos; sin embargo, no puede resistirse al canto de Orfeo y queda adormecido. Orfeo toma los remos y boga a la orilla prohibida.

Acto IV
El acto cuarto se abre con un diálogo de los soberanos del mundo subterráneo. Proserpina, la esposa de Plutón, ruega a éste que conceda lo que pide el poeta. Plutón consiente en el regreso de ambos amantes a la superficie con la condición de que Orfeo no vuelva la vista atrás en ningún momento para comprobar que Euridice le sigue.
Un ruido extraño le hace volver la cabeza, desesperado, Orfeo se vuelve para mirarla, entonces la figura de Euridice desaparece en la niebla, se pierde para siempre.

Acto V
El acto quinto nos muestra a Orfeo inconsolable, jurándose no amar nunca más. El dios Apolo se apiada de él y lo convierte en una estrella que brilla para siempre en el cielo. La ópera termina con las alabanzas al amor fiel y el arte de Orfeo.


FICHA ARTÍSTICA


Para esta producción el Teatro Real contará con Pier Luigi Pizzi para la dirección de escena y la presentación de William Christie como director musical.

De las voces partícipes destacan Dietrich Henschel del que subrayamos sus creaciones de personajes, Xavier Sabata, quien ya participó como solista en el proyecto Les jardins des voix de la mano de Christie, y Maria Grazia Schiavo.

domingo, 12 de agosto de 2007

Arriate

Esta hermosa palabra, que bien podría ser un apellido de pianista vasco-francés o de profesor universitario de viticultura, es una de las voces jardineras que más me fascinan (es la primera vez que digo que algo me fascina), no sólo por su sonoridad y por las cosquillas que nos provoca en el paladar cuando la pronunciamos, sino por el misterio que encierra: es probablemente, junto con 'platabanda' - de la que hablaremos en otro momento -, una de las palabras absolutamente desconocidas por jardineros, paisajistas, arquitectos paisajistas, arquitectos jardineros, paisajistas jardineros, ingenieros jardineros y todos aquellos que se dedican a construirlos y mantenerlos. Están ahí, pero nadie los llama por su nombre jamás. Es frecuente, incluso, que se omita su presencia en una conversación jardinera por el mero hecho de no saber cómo nombrarlo: "tenemos que levantar todas las plantas de temporada en estos cinco parterres y de aquella...aquellos...eeeh...aquellos maciz...hum... aquella zona de allí junto al murete...eeeh...hay que levantar todas las flores de temporada de estos cinco parterres." Punto y aparte. Se produce un silencio incómodo porque nadie sabe cómo referirse al arriate.

Hay que señalar que la palabra 'parterre', la prima hermana francesa de 'arriate', goza de una popularidad inmensa en el argot. El parterre no sólo lo sabe nombrar todo el mundo y señalarlo con el dedo, sino que se ha convertido en una especie de sinónimo de todo elemento del jardín, un comodín que cualquiera puede utilizar en todo momento: "vamos a hacer unos parterres aquí, junto a estos otros parterres ya existentes, para formar un apoyo del conjunto escultórico rodeado de parterres de color y parterres de arbustos de hoja perenne; habíamos pensado también en conservar aquel parterre de coníferas." Acabas harto de esta, por otro lado, preciosa palabra. Pero es lo que ocurre con el manoseo que conllevan las modas; hay que reconocer que estamos en el tiempo de los parterres, aunque no lo sean propiamente dichos. Ahí están otras palabras, no tan hermosas, como 'macizo', que vieron pasar su momento y que esperan volver al candelero cualquier día de éstos.

Según la Real Academia Española de la Lengua, arriate - que proviene del árabe andalusí 'arriyáḍ'', que a su vez proviene del árabe clásico 'riyāḍ'', plural de 'rawḍ'' (huerto) - es una "era estrecha y dispuesta para tener plantas de adorno junto a las paredes de los jardines y patios". Tiene dos acepciones más: enrejado de cañas o encañado y camino o calzada o paso.

Volveremos sobre el arriate constantemente, porque se lo merece y porque es muy importante recuperar lo que es nuestro.

Heautontimoroumenos

"Étymologiquement ' homme qui se punit lui-même ', c'est le héros de comédie de térence (190-159 av. j.-c.) qui est le premier à souffrir d'une mesure disciplinaire dont il a frappé son fils. modèle d'un ' bourreau de soi-même ', ce personnage s'applique aujourd'hui au fumeur. sous prétexte d'un plaisir douteux, plus souvent en raison d'une habitude dont il n'arrive pas à se défaire, le fumeur devient l'esclave d'une consommation apparemment choisie mais qu'il ne domine pas. il est soumis à des désagréments sensoriels ou esthétiques, diminué dans ses capacités intellectuelles, physiques et sexuelles, exposé à des complications ultérieures, cardio-vasculaires et cancéreuses, qui le tueront. le fumeur apparaît ainsi comme la première victime d'une pratique sur laquelle pourrait en principe s'exercer sa volonté." Le poème L'heautontimoroumenos est dans Les fleures du mal, de Charles de Baudelaire.

"Etimológicamente 'hombre que castiga a sí mismo'; es el héroe de la comedia de Terencio (190-159 a. C.), es el primero que sufre de una medida disciplinaria, atribuida a su hijo. Modelo de un "auto-torturador", este personaje ahora se aplica al fumador: bajo pretexto de un dudoso placer, por lo general a causa de un hábito que no puede desprenderse, el fumador se convierte en esclavo del consumo aparentemente de su elección, pero que en realidad no domina. Se somete a desagradables experiencias sensoriales o estéticas, a la disminución de su capacidad intelectual, física y sexual, y a la exposición a complicaciones posteriores, cardiovasculares y al cáncer, que lo acabará matando. El fumador se presenta como la primera víctima de una práctica que en principio podría ejercer según su voluntad." El  poema El heautontimoroumenos se encuentra en Las flores del mal, de Charles de Baudelaire.

El hombre tranquilo

El cárabo, que soy yo, acaba de aterrizar dando por finalizado un largo vuelo nocturno y está cansado. Hace un rato sobrevolaba el jardín, rozando las ramas de los árboles sabiamente escogidos para adornar, sin posarse en ningún momento, sin parar a repostar ni siquiera en las jacarandas. El deleite que suponía viajar de una fragancia a otra, de textura en textura, pasar a tal velocidad entre la verdura, le hizo olvidar la necesidad de encontrar alimento. El experimento le pasa factura. Está cansado. Pero no pasa nada. Qué mejor banquete para el alma que soñar despierto.

Es verano, como siempre. Hace tiempo que dejé de ser un hombre tranquilo para convertirme en mirlo de ciudad y, después, sin darme cuenta, en ésto: un ave nocturna que sobrevuela parterres y arriates, macizos y platabandas: un salvaje que se mueve en el espacio ordenado.

Es agosto. El olor de la flor de la melia ya nos había vuelto locos mucho antes; las acacias se limitan a dar forma a sus frutos; las praderas se quieren mostrar secas por estas latitudes. A lo mejor sacamos algo bueno de toda esta mezcolanza de emociones.

Se permiten todo tipo de embarcaciones. Hablaremos de la construcción de acequias y de la fotografía, de las adelfas y de los rinocerontes, de los viñedos de Nyon y de los mouros, de la música y del paisaje, en toda su extensión. Los de las montañas vendrán aquí a hablar del valle; los de los valles llegarán para hablar de las fuentes, etcétera. No podemos perder ni un segundo más. Sed todos bienvenidos al jardín y servíos una copa de nuestro mejor vino.